Para muchos, el SEO se reduce a optimizar palabras clave y esperar buenos resultados en Google. Pero cuando gestionas un sitio web, aprendes que el SEO es una combinación de factores, algunos más visibles y otros más estructurales, como la navegación del usuario. Esta es la historia de cómo un simple cambio en el menú de mi sitio web, impulsado por decisiones tomadas sin consultar al equipo de SEO, tuvo un impacto negativo en el tráfico, en mi posicionamiento y, lo más grave, en las ventas.
El Error de Cambiar lo que Funciona sin Consultar a los Expertos
Durante años, mi sitio había mantenido un crecimiento constante. Sabía que no tenía el menú más moderno, pero era funcional: cada categoría y subcategoría estaba estructurada de manera que tanto los usuarios como Google podían navegar el contenido sin problemas. Cuando se propuso un rediseño del menú, advertí sobre los posibles riesgos. Expuse cómo cualquier cambio drástico podría afectar la indexación y la experiencia del usuario. También presenté varios heatmaps que mostraban cómo los usuarios navegaban intuitivamente por el menú actual, mientras que en las pruebas con el nuevo menú, el cursor del usuario daba vueltas sin rumbo, reflejando que no encontraban lo que buscaban.
Pero la decisión ya estaba tomada. Desde arriba, quienes no comprendían la importancia de la estructura de navegación para el SEO, decidieron que la estética debía primar sobre la funcionalidad.
El cambio parecía inofensivo: reorganizar las categorías, eliminar algunas que no “parecían necesarias” y ocultar subcategorías en desplegables más minimalistas. La idea era mejorar la experiencia de usuario… pero no consideraron que estaban alterando la manera en que Google entendía el sitio.
La Caída: Cuando Google y los Usuarios Dejan de Entender tu Sitio
El impacto fue casi inmediato. En cuestión de semanas, el tráfico orgánico cayó en un 30%. Algunas páginas clave dejaron de aparecer en los primeros resultados y el tiempo de permanencia en el sitio disminuyó. Más preocupante aún, las ventas bajaron porque los usuarios ya no encontraban fácilmente ciertos productos y se iban antes de completar una compra.
Google rastrea y comprende la jerarquía de un sitio a través del menú y los enlaces internos. Pero con estos cambios, se perdió coherencia en la arquitectura del sitio. El bot de Google ya no entendía la relación entre las páginas, lo que dificultó el rastreo e indexación. Lo peor es que Google no avisó de inmediato: no hubo alertas en Search Console, solo una pérdida de tráfico progresiva y silenciosa.
Aprendizajes de la Experiencia
✔️ Rand Fishkin, fundador de Moz, ha hablado muchas veces sobre la importancia de la estructura de enlaces internos. Un menú bien diseñado no solo guía al usuario, sino que también da señales claras a los motores de búsqueda sobre qué páginas son más relevantes.
✔️ Jakob Nielsen, experto en usabilidad, menciona en sus estudios que si los usuarios no encuentran lo que buscan en segundos, abandonan la página. Eso fue exactamente lo que pasó: lo que antes estaba accesible en un clic, ahora requería varios pasos.
✔️ Steve Krug, en su libro Don’t Make Me Think, enfatiza la importancia de mantener la navegación intuitiva y no complicar el acceso a la información clave. En este caso, en lugar de simplificar, el rediseño lo hizo más complicado.
Conclusión: No Subestimes el Impacto del Menú
El menú de un sitio web no es solo un diseño bonito, es la estructura que mantiene unido todo tu contenido. Un cambio mal planeado, especialmente cuando se ignora la opinión del equipo SEO y los datos de usabilidad como los heatmaps, puede hacer que Google y los usuarios dejen de entender tu sitio, llevándose con ellos el tráfico y las conversiones. Esta experiencia me enseñó que, cuando algo funciona, hay que pensar muy bien antes de tocarlo. Porque en SEO, un error estructural puede costarte mucho más de lo que crees. 🚀